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En alguna etapa de nuestras vidas, tal vez hemos tenido la oportunidad de estar alrededor de una fogata de campamento, ver el fulgor de las llamas, escuchar tranquilamente los crujidos de la madera, sentir su desbordante energía y calor. Esa luz que da calor y que hace que la gente se reúna alrededor de ella, compartiendo historias, llegando por momentos a formar una comunidad tal vez de amigos, familiares y algunas veces llegamos a compartir con personas que ni siquiera conocíamos, pero es precisamente allí donde se generan esas relaciones humanas de manera espontánea, acompañadas de la empatía, la capacidad de escuchar al otro, la comunicación verbal y no verbal. Estos comportamientos son necesarios para garantizar esas relaciones que permiten generar vínculos con los demás.

Estas relaciones humanas, sin duda son un aspecto muy importante dentro de cualquier organización. En la actualidad las organizaciones están inmersas en continuos cambios y estos cambios, de hecho, hacen que seamos más disruptivos y requieren tener la mayor capacidad para ir adaptándose a ellos. La transformación digital, la digitalización de los procesos que invitan a la mejora continua, la incorporación de nuevas tecnologías, las nuevas formas de comunicación con clientes, proveedores, competidores, etc., y de manera muy directa, la transformación afecta a la cultura, los valores, a los modelos organizacionales y a los modelos de gestión y liderazgo. En resumen, al capital humano de las organizaciones.

En la búsqueda por alcanzar estos objetivos, trabajamos por conformar equipos multidisciplinarios, que vayan tras un objetivo común, sin embargo en este camino llegan esos vientos poco favorables, algunos de nuestros equipos, se encuentran con cadenas difíciles de romper ya que con el pasar de los días nos distanciamos de los objetivos que queremos, porque pensar diferente es lo que nos separa, aplaudir lo que hace el otro nos cuesta, comunicarnos los unos con los otros es una barrera y más difícil aún es lograr tener esas conversaciones directas y sinceras.

Entenderíamos entonces que las relaciones evolucionan conforme lo hacen las personas que las integran y a esto le denominamos “cultura”. Esa cultura organizacional es ese fuego de campamento en torno al cual debemos congregarnos, donde las relaciones se generan de manera espontánea. Nos apoyamos en la agilidad como una filosofía que propone práctica a través de diversas metodologías y marcos de trabajo, pero muchas veces no logramos los resultados que desearíamos, porque definitivamente, una mala cultura o una cultura débil, puede derrumbar cualquier estrategia, incluyendo la agilidad, esta podría quedarse en una simple gestión basada en los procesos y no conseguiremos una adaptación real al cambio.

La agilidad nos ayuda a entender que el objetivo del negocio tiene que estar centrado en las personas, en los valores, en su cultura y en sus capacidades competitivas. Su aplicación se ha extendido más allá del ámbito del desarrollo de software y en la actualidad es habitual escuchar hablar de Agilidad a nivel de negocio. El 71% de las organizaciones a nivel mundial ya usa metodologías ágiles, de acuerdo al estudio realizado por Project Management Institute (PMI) conocido como Pulse of the Profession®.

Si queremos los mejores resultados al más alto nivel, requerimos de líderes ágiles y de un cambio cultural organizacional con un cierto nivel de madurez de la empresa para influir en su incorporación. El éxito de Ceiba como compañía se basa principalmente en mantener el carácter humano, pues como empresa valora a sus colaboradores y sus familias, su bienestar y su continuo crecimiento como individuos y profesionales. La esencia de lo que somos y el éxito de nuestros clientes proviene de nuestra cultura.

La cultura de la organización y las personas, ahora más que nunca, deben estar en el centro sobre lo que pivota el modelo de un negocio. Tenemos que hacerla nuestra, adaptarla a nuestra realidad y conseguir cocrear un modelo propio de gestión que abarque a toda la organización, desde las personas los procesos y productos.

 

“Las organizaciones que se adaptan a su entorno se hacen más atractivas y competitivas, aquellas que transforman su cultura hacen su trabajo más visible”

 ¡Sé parte de esta realidad!

 

Fuentes:

https://www.equiposytalento.com/tribunas/facthum/transformacion-cultural-y-agilidad-en-las-organizaciones/2020-03-11/

https://blog.pdainternational.net/blog/2020/01/17/transformando-organizaciones-a-culturas-agiles/

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