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Desde sus inicios, Ceiba Software se formó como una empresa cuya visión reflejaba el deseo de generar productos de alto valor agregado para sus clientes, mediante la ejecución de tareas de desarrollo de software de manera organizada y estandarizada que permitieran la entrega a tiempo y la alta calidad.

Para esto se plantearon estrategias dentro de las cuales se incluía la gestión por procesos y la posibilidad de valorarse en algún modelo o estándar que permitiera determinar la calidad de los procesos definidos e implementados. A raíz de ello, se decidió en el año 2009 implementar el modelo CMMI Dev.

¿Por qué CMMI Dev y no ISO o Moprosoft? CMMI es por definición un modelo enfocado a empresas de tecnología en el servicio de desarrollo de software, nos da flexibilidad en cuanto al cómo vamos a hacer las cosas. El modelo lista una serie de buenas prácticas (a nivel de gestión de proyecto, requisitos y solución técnica) que deben cumplirse para asegurar de cierta forma la calidad del proceso de desarrollo de software, cuyo cumplimiento depende como tal de lo que tenga implementado la empresa. Adicionalmente, el modelo es altamente aceptado en todo el mundo siendo una herramienta de competitividad a nivel global en lo relacionado con servicios de tecnologías de la información, en el caso de Ceiba por ejemplo, nos ha abierto puertas en países tales como EEUU, ya que al estar valorados en este modelo, los clientes se sienten más tranquilos y con confianza en nuestros productos.

En Ceiba la mejora continua hace parte de la filosofía de la organización, contando con la valoración CMMI nivel 2 lograda en 2009, nivel 3 en el 2014, y con esto, una serie de retos, debido a la implementación de las prácticas derivadas de marcos de trabajo ágiles en Ceiba.

Al principio se tenía la idea que estos dos frentes eran contrarios uno al otro y que no podían coexistir. Con base a esto y documentándonos al respecto nos dimos cuenta que podíamos mapear el QUÉ hacer de CMMI con el CÓMO del agilismo, y con esto, qué requisitos del modelo se cumplían con estas prácticas y cómo íbamos a cubrir aquellas que no se cumplían directamente, sin dejar de manejar toda la filosofía que nos brindan los marcos ágiles. Como ejemplo de estas conclusiones y que a hoy estamos aplicando en nuestra cotidianidad, es el área de requerimientos (REQM en el modelo): para CMMI esta área incluye entender los requerimientos, obtener compromiso con los requisitos, administrar los cambios y trazabilidad de los mismos así como su alineación con productos de trabajo. Con las prácticas de marcos ágiles cumplimos un 80% esta área mediante el sprint planning, refinamiento, backlog, definición de release plan, dailys y review meetings. Lo mismo pasa con el área de validación (VAL en el modelo) la cual cumplimos al 100% mediante la definición de historias de usuario, review y retrospective meeting así como la definición de sprint 0.

Este tipo de análisis nos ayudó a entender la esencia del modelo y a depurar cantidad de documentación, formatos, plantillas, etc. que a la larga el modelo no exige y de esta forma alivianar las actividades a ejecutarse en el proceso de desarrollo de software.

Hoy estamos trabajando para valoración en nivel 5 (máximo nivel de madurez) en un proyecto liderado por MinTic y Colciencias.

Implementar un modelo de este tipo no es fácil y no depende únicamente de un equipo de mejora de procesos, sino de toda la organización, partiendo del compromiso de la gerencia encargada de la toma de decisiones, seguido de todos aquellos que estamos involucrados en los procesos y vivimos día a día el cómo hacer mejor las cosas.

alejandra.lorena

Ambas con varios años de experiencia en mejora de procesos e integrantes del grupo evaluador para la valoración de CMMI en Ceiba.

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