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Para muchas personas el dibujo es solo una manifestación artística.  Esto quizás se debe a que crecimos con la concepción de que debemos dibujar “bonito”, o para los más exigentes, su ideal de dibujo es un retrato hiperrealista hasta donde se visualizan los poros de la piel.

Estas ideas preconcebidas desde nuestra educación, nos han alejado de lo que significa dibujar y de lo que realmente hace una imagen en nuestro cerebro.  Como dice el viejo refrán “una imagen vale más que mil palabras”, en realidad es así; especialmente cuando debes aprender de una manera rápida e interiorizada o te enfrentas a un público hambriento de conocimiento que no solo quiere llevarse en su mente lo aprendido, sino también en su bolsillo.

Pero entonces, ¿cómo logro llevar un discurso intangible a uno tangible? Piensa visualmente, esa es la respuesta.  Traducir frases a palabras y acompañarlas por metáforas, para que un discurso sea entendible para el público al que le estás hablando y ¿por qué no?, para sí mismo al momento de mejorar nuestra manera de aprender.

¿Esto por qué nos facilita tanto la vida al momento de transmitir un discurso o escucharlo?, la manera más fácil de explicarlo es con la función del dibujo.  Al momento de escuchar una palabra, nuestro cerebro hace un proceso de “traducción de la imagen”, esto es en pocas palabras escuchar, imaginar, decodificar (construir mentalmente un símbolo), interiorizar e interpretar.  Este proceso es llamado “semiosis”.

El dibujo nos lleva directamente a la interiorización e interpretación, el cerebro no tiene que hacer una construcción de la imagen, por lo que el mensaje llega más rápido y lo interpretamos, esta es una explicación visual haciendo honor a este artículo:

Toda esta explicación es para presentarles el “Pensamiento visual” o “Visual thinking”.  Esta gran herramienta surge al unir el dibujo + ideas, a este punto realmente estamos hablando de “hacer visibles las ideas”, capturar procesos, generar conexiones mentales con diferentes herramientas visuales, simular procesos y finalmente brindar un ecosistema óptimo para apoyar la generación de ideas.

Pero si hablamos de “herramientas visuales” para lograr la generación de ideas, ¿de qué estamos hablando? Hablamos de Documentación gráfica, mapas visuales, scketchnoting, entre otros, que nos llevan a una comunicación más eficiente.

Algunos ejemplos de estas herramientas visuales:

Realizado por Carolina Orozco / Evento: ILA19

Documentación Gráfica:

Esta documentación gráfica fue realizada en nuestro Taller de Facilitación Gráfica y Visual Thinking / documentadora: María Paula Camacho

Mapas mentales

Ejemplo del libro “Mapas mentales” de Tony Buzán / La fruta

Una vez nos enamoramos de estas herramientas visuales y estamos decididos a probarlas, debemos tener en cuenta que debemos pasar por 4 fases para mostrar la información de manera adecuada, estas son planteadas por el diseñador y autor Dam Roam:

Mirar: recoger información.
Ver y reflexionar: escoger los datos que nos interesan. 
Imaginar: transformar las palabras en imágenes. 
Mostrar: lograr comunicar.

Cualquier herramienta que decidamos usar, es el puente para ver la comunicación de una manera diferente y cabe aclarar que, ir por el camino del pensamiento visual, implica dejar el miedo al dibujo.  El dibujo es el hilo conductor para llevar el conocimiento de una manera más rápida a los receptores de un mensaje, lo mejor de todo es que esto nos facilita el entendimiento colectivo.

Si hasta ahora, con lo expuesto en este artículo y sabiendo lo que es el pensamiento visual, quieres conocer más sobre herramientas visuales, entonces puedes empezar a coquetear con el sketchnoting,“una manera creativa para tomar notas y de organizar la información”, descrito así en el libro: “Sketchnoting, pensamiento visual para ordenar tus ideas y fomentar la creatividad”, de Audrey Akoun, Philippe Boukobza e Isabelle Pailleau.

Está técnica  mezcla ideas con texto y toma conceptos de la herramienta  “mapas mentales”, pero ¡ojo!, esto no es un mapa. Todo se trata de transformar ideas en palabras cortas y acompañarlas de dibujos, en este caso “metáforas visuales”.

Esta técnica es un poco más personal, es una práctica que podemos realizar diariamente en una libreta de apuntes que llevamos a todos lados: organizamos ideas.  Lo que resulta muy valioso al momento de aprender sobre metáforas; llevar conceptos a palabras simples y buscar dibujos para apoyar las ideas, nos obliga a cambiar nuestras estructuras mentales, mejorando nuestra agilidad al dibujar y al traducir mensajes escritos.

Según, Dam Roam, antes de iniciar la transformación de un mensaje al campo visual, debes verlo y pensar: quién/qué, cuánto, dónde, cuándo, cómo y por qué.  La consecuencia de esto es que al mostrarlo debes responder a estas preguntas. No olvides mantener una estructura adecuada para facilitar la visualización, puedes remitirte al autor Mike Rohdhe para ahondar más en este tema.

Para concluir, el pensamiento visual es una herramienta que potencia la creatividad y la innovación. Mejora nuestra manera de comunicar las ideas y además propicia espacios de generación de ideas dentro de nuestros equipos de trabajo. 

“Cuando los equipos trabajan visualmente generan mejores ideas, toman decisiones más acertadas y están más comprometidos con los resultados”.

David Sibbet

Si estás interesado en aprender más sobre pensamiento visual y sumergirte en el mundo de la documentación gráfica, en Ceiba tenemos nuestro Taller de Facilitación Gráfica y Visual Thinking. ¿De qué se trata? Aquí te lo contamos. 




carolina.orozco

Carolina es Directora de Arte en el Estudio de Innovación y Diseño. Diseñadora gráfica, fotógrafa e ilustradora. Apasionada por el diseño, aunque cambie de roles profesionalmente está segura de que diseñará hasta viejita, así sea diseñar las líneas de crochet que tejerá en su silla mesedora.

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